SOBRE NOSOTRAS

Mi nombre es Estela, empecé hace 10 años en el mundo de la protección animal.

A raíz de un asesinato a un perro en Villena, conocí la Protectora de allí.
Vivía en tanta ignorancia, que no sabía ni que existía una protectora de animales en el pueblo donde había crecido.

Me metí en internet, y vi que los fines de semana podías ir a dar paseos a los perros. En su página web aparecían todos los animales que tenían en el refugio, estuve varios días leyendo la ficha de los animales, uno por uno.

Llegué a la ficha de Torres, el animal más viejecito del refugio, 15 años tenía. Y sólo con una foto, me enamoré de él. No veía la hora de que llegara el sábado y poder ir a conocerlo.

Llegué al refugio a primera hora, sólo estaban las voluntarias de limpieza y recuerdo una mujer muy maja explicándome cómo funcionaban los paseos, y si quería pasear alguno en concreto. Muy segura dije que quería a Torres.

Todas se giraron, y otra mujer me preguntó si sabía quién era Torres, les dije que sí, que era el perrete más viejecito del refugio sino me equivocaba. Con una cara descolocada me dijo: ah bueno… vale.

Nunca he tenido animales en mi casa, así que entendía poco, más bien nada, de animales. Así que visto las caras de ellas, pregunté que si no podía pasear, si era un perro con algún problema, podía pasear a otro.

Su respuesta fue: es un perro muy bueno, pero lleva en la protectora desde pequeño, y en todos estos años, nunca nadie ha preguntado por él, ni siquiera para un paseo, por eso me parecía raro.

Me sacaron a Torres, un perro que casi no podía caminar por su vejez y su displasia. Los mimos para él era algo bastante poco conocido (Son demasiados los animales de la protectora de Villena para tan pocas chicas que se desviven por ellos).
Su paseo fue más tiempo tumbado, que caminando. Lo apadriné y las voluntarias me dijeron que enviaban fotos del animal apadrinado, y ese dinero iba destinado al animal.

Lo quise tanto en una hora que el fin de semana siguiente estaba de nuevo allí. El perro que salió ese día de paseo era un perro totalmente diferente al que me encontré la semana anterior. Un perro demostrando felicidad al vernos dentro de lo poco que se podía mover, y un perro que respondía a cada mimo que le dábamos.

Ese domingo volví a valencia y hablé con mi pareja de adoptarlo. No teníamos animales y quería traerlo a casa para que el final de su vida fuera calentito en un hogar. El miércoles me llamó la protectora de Villena que Torres había fallecido.

Sentí tanto dolor de no haber llegado a tiempo, que a día de hoy, después de todos estos años, me sigue doliendo su pérdida.

Ese día decidí que el resto de mi vida ayudaría a los animales abandonados. Torres con tan sólo una mirada me cambió la vida. A día de hoy, todos los animales que he podido salvar, están vivos gracias a él.

El camino de rescatar animales no es un camino fácil, tienes momentos muy buenos, pero también otros muy difíciles.

Hace 3 años llegó un punto en el que pensé en tirar la toalla. Pero apareció en mi vida el gatito negro que veis, es ciego. Cuando llegó a casa estaba muy asustado y se sentía inseguro, lo cogí en brazos y suspiró. Al notar mi corazón y respiración se sintió por fin la tranquilidad después de varios días en la calle, solo, enfermo y sin ver absolutamente nada.

Él me volvió a dar la fuerza que necesitaba. Él me recordó que soy quien soy gracias a Torres.

Lo bauticé con el nombre de Torres como homenaje al ser vivo que me cambió la vida. Y fue en ese momento, cuando fundé Ohana, hace 3 años.

Ohana significa familia, y la familia nunca te abandona ni te olvida